Por Irene Cano Vilches

Viernes, 16 de Ago. de 2019

Las relaciones no son una casualidad—la sinastría astrológica lo prueba

La mayoría de las personas hoy en día están familiarizadas con el concepto de carta natal y en mayor o menor medida son conscientes de que es un mapa cuyo conocimiento constituye la guía para el crecimiento personal y para llevar una vida equilibrada. Lo que menos personas conocen es la sinastría.

La sinastría es una técnica astrológica que consiste en calcular los aspectos que realizan entre sí las cartas natales de dos personas. Esta interpretación nos da una información muy valiosa acerca de la compatibilidad entre personas, de en qué puntos esas dos personas seguramente no se van a entender y en cuáles otros sí.

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Lo más importante de la sinastría es que además de su carácter informativo, es una herramienta muy poderosa para mejorar nuestras relaciones. Es interesante cuando, al calcular la sinastría de ciertas parejas, las formas en las que ambos se complementan son tan obvias. Las relaciones más dinámicas no son aquellas en las que “lo igual” busca a “lo igual”, sino aquellas en las que “lo diferente” busca a “lo diferente”. Son ese tipo de relaciones en las que, si consiguen permanecer juntos, con el paso de los años se percibe que las dos personas han evolucionado y mejorado en diferentes ámbitos de su vida con la ayuda del otro.

Por ejemplo, lo primero que se suele mirar, buscando esta complementariedad, es si a alguna de las dos personas les falta algún elemento en su carta. Es decir, muchas veces nos encontramos cartas en las que no hay ningún planeta en signos de agua o en signos de fuego, en esos casos decimos que esa persona no tiene agua o no tiene fuego. Pues bien, es muy habitual encontrar que la pareja tiene mucho de ese elemento que a la otra persona le falta. Esto ocurre porque nos sentimos atraídos por las habilidades y las aptitudes que sentimos que nosotros no tenemos tan fuertes. También, desde un punto más metafísico, cada persona en tu vida está para facilitarte un aprendizaje, por lo tanto, solo puedes adquirir el conocimiento de ese elemento que está ausente en tu carta a través de alguien que sí lo maneja con maestría.

Dentro de la sinastría también es muy importante ver la compatibilidad de la luna, Venus y Marte de cada persona, y los aspectos que forman entre sí. Lo recomendable es que estos planetas estén en aspectos armónicos. La luna, en mi opinión personal y profesional, es el planeta del amor, muy por encima de Venus.

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La luna rige cómo nos gusta que nos amen y cómo amamos a los demás, las expectativas que tenemos respecto a la otra persona en el ámbito emocional y en definitiva, cómo expresamos nuestras emociones. Cuando la luna de las dos personas está en trígono, indica que las dos lunas están en signos del mismo elemento, por lo que las dos personas comunican sus emociones de modo similar y tienen más o menos las mismas necesidades emocionales. Por ejemplo, una luna de fuego necesita actividad y variedad, mostrará su amor a su pareja haciendo planes diferentes y demostrándole lo mucho que le entusiasma probar cosas nuevas juntos. En cambio, una luna de aire necesita que se le exprese verbalmente que se le ama y también necesita expresarlo—lo que le estimula es una buena conversación y saber que comparten formas de pensar similares y no tanta acción o aventura, por así decirlo.

Otro indicador que se suele observar en las sinastrías es que las personas nos sentimos atraídas por aquellas personas cuyo ascendente o mediocielo esté sobre una parte de nuestra carta que rechazamos o bien que no tenemos bien integrada, alguna parte de la carta que forma parte de nuestra sombra. Esto es porque las personas con las que tenemos relaciones más cercanas son precisamente las personas que tienen la función de ser un espejo de aquellas partes más oscuras o reprimidas de uno mismo. Por ejemplo, si tú eres alguien que reprime la energía de tu Júpiter natal, entonces llega una persona que tiene su ascendente justo donde está tu júpiter y hay una atracción inmediata. Lo que ves en esa persona está en ti realmente, solo que tú no lo conoces o lo rechazas. Esa persona, al tenerlo en su ascendente, exterioriza esa energía que para ti está reprimida o inconsciente. En resumen, es posible que tal persona haga que conozcas partes de ti que nunca hubieras llegado a conocer si no hubieras tenido esa relación. La sinastría es verdaderamente fascinante.

 

Irene Cano es una astróloga profesional viviendo en la ciudad de Sevilla, España. 

Arte por Rachael Day